La hostelería es un mundo en el que no importa solo lo que ofreces, sino el cómo lo sirves. Y esta cuestión llega, también, a la forma de servir la mesa. ¿Tienes dudas? No te preocupes, con estos consejos lograrás quedar bien con tus clientes. ¡Vamos allá!
El servicio de mesa tiene varias variantes, ya sea a la francesa, a la americana o a la rusa. En este caso, nos vamos a centrar en aquellas actitudes o know how básico que ha de tener todo camarero. A veces minusvaloramos los detalles, y estos importan, y mucho.
El primer aspecto, y va por delante de otros, es que nunca (repetimos, nunca) puedes servir la comida antes que la bebida. Esto implica, por ejemplo, que cuando hagas una comanda tendrás que preguntar qué desea el cliente para beber.
La cuestión de la bebida, además, tiene su matiz si se trata de vino. Tienes que enseñar la botella al cliente, abrirla en su presencia y darle a probar. Solo si te da su visto bueno podrás servir el resto de la copa.
El modo de servir la comida y la bebida tiene, también, un protocolo específico. Hay que servir a la izquierda del cliente siempre y salir por la derecha. Esta norma está establecida desde que, a mediados del siglo XIX, se desarrolló la restauración tal y como la conocemos hoy en día.
Los cubiertos tienen que seguir un orden, sobre todo si se van a colocar antes del servicio. A la derecha irán la cuchara y el cuchillo, de afuera hacia adentro mientras que a la izquierda irá el tenedor. El pan, por lo general, se tendría que colocar en la parte superior izquierda en un platillo individual. Los cubiertos de postre irán en una servilleta en la parte superior central del plato principal, colocados en horizontal.
Este es uno de los anatemas de cualquier profesional de la hostelería. El servicio se tiene que realizar sin cruzar los brazos por delante del cliente, ni aunque sea para colocar alto. Si haces eso estás invadiendo su espacio personal y eso es algo que da muy mal efecto, echando por tierra un buen trabajo.
El buen camarero es aquel que es atento sin llegar a ser invasivo. Observa la evolución de la comida a una distancia prudencial para salvaguardar la intimidad del cliente. Eso sí, cuando veas que ha acabado de comer o que necesita que se le llene la copa de vino, anticípate a ofrecerlo y, por supuesto, a realizar los cambios que te demande.
Uno de los problemas de utilizar cristalería es la posibilidad de que se marquen las huellas de los dedos; esto se agrava, más si cabe, cuando estás utilizando vino. En consecuencia, conviene que, si tocas un vaso o copa, lo hagas por la base y, si puedes, que utilices bandejas. Esto tiene que aplicarse tanto en el servicio como en la retirada.
Servir la mesa correctamente es el broche de oro a una buena comida, sea de la gama que sea. Al final, el buen hacer no está reñido con una determinada temática gastronómica. En Ibercook queremos ayudarte y te proporcionamos consejos prácticos de gastronomía y gestión de locales. No dejes de consultarnos si tienes alguna duda o quieres dejar tu opinión.